Los lamentos hacen gala de sus vestes infernales
en un mundo que blasona su ceguera, su sordera y su mutismo…
El ayuno persiste en su tácita imposición
Los dolores desfilan nauseabundos
ya sin bridas ya sin riendas
por las calles de ciudades abarrotadas
y no queda sino el sueño
de una esperanza elemental
de una esperanza clandestina
de una esperanza subversiva
desmedida. contenida, represada, reprimida y coloquial.
Llantos hay que semejan al rocío
llantos tímidos goteando desde las almas turbulentas, furibundas y vencidas;
la tristeza es un regalo que aplaca el hambre
cercenando los futuros de mediocridades incoherentes
que intentan despejar sus nubarrones
que intentan subir una cuesta vertical y despiadada
que intentan; perseverando ante la inutilidad del resultado.
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