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domingo, 24 de octubre de 2010

Ferviente Soldadura

Para ser sin padecer
para ser sin perecer
para estar sin desvanecerme en las tinieblas
de este tiempo indefinido
para estar sin extraviarme en los laberintos
de este espacio tremebundo
para no extinguirme
requiero del fulgor de tu sonrisa.

Me asalta y me saquea
esta duda sempiterna
¿Es que acaso no te basta con mis auras de inconsciencia?
Las locuras que me bullen
son tenaces amenazas
de un interno sabotaje
que venera tu albo rostro
mas temiendo tus desplantes.

¿No te basta este silencio enclavijado
a tu aliento y a tu esfera?
¿No te basta esta mirada alucinada
que se entierra en tu semblante?
¿Cómo dudas que te amo?
¿Por qué tiemblas de impaciencia?

No te alejes por el miedo de un adiós de despedidas
No te vayas dando tumbos por inhóspitos parajes
Yo te llevo, si me dejas, a delirios placenteros
en ensueños y en quimeras
y te muestro el infinito en la palma de una mano
y te enseño como atrapo
el relámpago en botellas
y te doy mi beso seco sin rocío en sus junturas
y te riego con las fuentes de mis ojos
los hermosos sembradíos de tu seno y de tu vientre...

No te vayas sin mi abrazo
No te vayas sin mi empalme
amalgámate a mi vida
en ferviente soldadura...

1 comentario:

Txema Anguera dijo...

como no, confiar en que tus deseos se cumplan! y te crea...
buen poema.
saludos