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miércoles, 18 de mayo de 2011

Recaída



Y regresas otra vez como si nada
nuevamente con tu cara tan lavada;
con la muerte encadenada a tu atavío
me susurras nuevamente: ¡Ya eres mío!

Y me enfrentas al dolor de la renuncia
y me retas a otro nuevo enfrentamiento
y el conflicto que me inunda el pensamiento
nuevamente me hace mella con su astucia.

Pero el miedo ya no viene galopando:
-Todos mueren, nadie queda por semilla-
(No hay palizas, ni correas, ni la hebilla
que curtiera nuestras pieles con su mando)

Ya no hay rabia que destroce mi inocencia;
ni inocencia que salvar de sus derrotas,
¿esperanzas e ilusiones?: ¡todas rotas!
-La paciencia es mi virtud es la paciencia-

Ya no estorbo ni molesto ni avergüenzo;
ni me escondo en mis autismos fraudulentos
ni reprimo sentimientos en un lienzo
de funestas tempestades y tormentos.

Soy sereno, pacifista y adorable
soy sincero, soy cordial y soy amable
solitario, solidario y soliviante
soy la esencia más profunda de un calmante…

¿Y regresas otra vez como si nada?
¡nuevamente; ¿con tu cara tan lavada?!
Con la muerte acurrucada a tu extravío
me susurras nuevamente: ¡¿Ya eres mío?!

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